A través de Descubre DataCom queremos crear un canal de comunicación bidireccional con los distribuidores, integradores e instaladores donde podamos compartir cualquier conocimiento, como ideas y consejos, así como poner a su disposición los productos más adecuados en cableado estructurado y networking.
Las redes de datos sobre par de cobre suelen requerir siempre de una certificación, conforme a la norma que aplique en cada caso. En una red de datos intervienen otros elementos además de los cables, como los conectores, tomas, paneles, etc., siendo el punto de menor categoría el que va a limitar la certificación de la red. La categoría define el ancho de banda y la velocidad de transmisión, existiendo actualmente en el mercado desde la categoría 5 (100Mbps / 100MHz) hasta la 7A (10Gbps / 1000MHz).
Esta misma situación se puede aplicar al nivel de blindaje de los cables de red. Actualmente, un cable de datos puede tener varias opciones de blindaje: blindaje en cada par de cobre, blindaje en todo el conjunto de pares, o ambos blindajes combinados. Sin embargo, se recomienda siempre elegir el mismo tipo de blindaje en todos los elementos de la red de datos, ya que el más vulnerable va a ser el que limite la eficacia real del blindaje global.
Los certificadores de redes suelen ser aliados muy eficaces a la hora de detectar los puntos débiles de una red de datos, siendo imprescindible elegir uno que contemple la normativa que se necesite aplicar.
Más información aquí.
Las redes de fibra óptica normalmente requieren de certificación en diferentes longitudes de onda. Las más comunes en aplicaciones de señales de telecomunicaciones suelen ser las que se encuentran en la segunda y tercera ventana de transmisión. Esto significa que cada longitud de onda susceptible de ser utilizada en esa instalación debe ser certificada individualmente si queremos garantizar la calidad de transmisión para todas las aplicaciones posibles.
Para ello, cada medida debe hacerse con una fuente de luz emitiendo en la lambda adecuada, y un medidor óptico que reciba la señal en el otro extremo de la red. Es importante que ambos dispositivos hayan sido previamente calibrados conjuntamente.
En el caso de aplicaciones concretas dónde las lambdas están definidas, como por ejemplo en la certificación de infraestructuras de telecomunicaciones ICT2, es posible encontrar dispositivos que automáticamente realizan todas las medidas ópticas. De esta forma, el instalador no tiene que repetir el mismo proceso para cada lambda, ahorrando tiempo y esfuerzo.
Más información aquí.
Hay diferentes métodos para unir dos tramos de fibra óptica, los más comunes son por empalme mecánico o por fusión. Una empalmadora mecánica es una opción interesante para utilizar esporádicamente, pues, aunque es una herramienta económica, esta ventaja se contrarresta con el coste de los empalmes, 10 veces superior al de una fusión. En el caso de obtener un mal resultado con un empalme, no es posible reutilizarlo, siendo necesario disponer de equipamiento óptico específico para detectarlo. Por todo ello, para profesionales que trabajen habitualmente con infraestructuras de fibra, una fusionadora es indudablemente la mejor opción. Una fusionadora realiza la medida de pérdidas ópticas tras la fusión, información que ofrece la certeza de que ha quedado bien hecha, o la opción de repetirla a coste cero, reduciendo enormemente la incertidumbre y la probabilidad de tener fallos en el cableado de fibra.
En el caso de aplicaciones concretas dónde las lambdas están definidas, como por ejemplo en la certificación de infraestructuras de telecomunicaciones ICT2, es posible encontrar dispositivos que automáticamente realizan todas las medidas ópticas. De esta forma, el instalador no tiene que repetir el mismo proceso para cada lambda, ahorrando tiempo y esfuerzo.
Finalmente, una fusionadora profesional ofrece un proceso de fusión fiable, sencillo y rápido, si se realizan los pasos en el orden adecuado. Si quieres aprender cuáles son estos pasos, consulta nuestro vídeo tutorial.
La elección de un conector óptico depende de la instalación en la que se vaya a utilizar.
En el caso de que haya una infraestructura óptica existente, lo primero es comprobar qué tipo de conectores tienen los equipos que ya están instalados, pues habrá que utilizar conectores compatibles.
Es importante recordar que un conector óptico consta de 2 propiedades: el conector en sí, y el pulido de la fibra que lleva integrada. Por eso, en una instalación existente, los conectores machos y hembra que conecten entre sí, deben ser compatibles a ambos niveles. En el caso del tipo de conector (SC, FC, LC, ST), debe utilizarse siempre el mismo tipo para garantizar el acoplamiento mecánico. En cuanto al pulido de la fibra (APC, PC, UPC), no tienen que ser necesariamente iguales, pero sí compatibles si queremos garantizar el menor nivel posible de pérdidas. Los pulidos APC requieren pulido APC, pero los PC y UPC son compatibles entre sí. Lo más sencillo y ágil es asegurarse de que el color del conector coincide en ambos extremos.
Finalmente, si la infraestructura óptica se diseña completamente nueva, habrá mayor libertad para elegir la conectorización, buscando siempre la mayor uniformidad posible en todo el diseño. Igualmente, algunas buenas prácticas que recomendamos son:
Los pulidos APC suelen ser más caros, pero evitan problemas derivados de las pérdidas de retorno que pueden interferir en la señal. Los conectores SC y LC son sencillos pero eficaces (un LC ocupa la mitad de un SC), y el conector FC tiene una rosca que añade un punto extra de fijación, necesario en algunas aplicaciones de exterior.
Sí, es obligatorio para mantener la seguridad de las personas, y recomendable para garantizar un buen estado de la instalación óptica con el tiempo. Los tapones protectores normalmente ya se incluyen y vienen colocados de serie en el equipo óptico y tienen un doble propósito:
Por otro lado, un conector sucio no sólo es un peligro para sí mismo, sino que puede acabar transfiriendo la suciedad o dañando la superficie de la fibra de los otros conectores o adaptadores con los que entre en contacto.
Así pues, mantener unas buenas prácticas de protección y limpieza con las conexiones ópticas, puede ahorrarnos muchos problemas en el futuro.
La limpieza de los conectores de fibra es un requisito esencial para evitar graves consecuencias y asegurar la fiabilidad del enlace. Cada vez que la fibra óptica se expone al medio, está sujeta a contaminación y puede recoger fácilmente polvo y partículas del aire. Además, si lo que se ensucia es el extremo del conector, y se acopla sobre uno limpio, ambos quedarían contaminados, pudiendo ocasionar daños irreparables.
Esta suciedad, que puede ser imperceptible a simple vista, sobre un núcleo con un diámetro de micras, tiene un impacto decisivo. En consecuencia, la limpieza adecuada de las terminaciones de fibra óptica supone la diferencia entre una red fiable y de calidad, frente a una red inestable con problemas de comunicación.
Los conectores se deben limpiar siempre que se realice una conexión, incluso cuando estos estén nuevos, recién sacados del embalaje. Es fundamental realizar la limpieza con utensilios profesionales, ya que una limpieza inadecuada puede causar arañazos sobre en núcleo de la fibra, haciendo inservible el conector. Recomendamos el empleo de toallitas de alcohol isopropílico y bastoncillos para limpiar los extremos de fibra óptica, y una cinta limpiadora para limpiar los conectores.
Más información aquí.
Lo primero que se debe tener en cuenta siempre es la tecnología con la que trabajan los equipos ópticos de la instalación (transmisores, receptores, etc.). No todos los dispositivos son compatibles con cualquier tipo de fibra, y puede existir alguna limitación que incline la decisión hacia una fibra u otra. En el caso de tener total libertad para elegir la fibra, entonces recomendamos tener presente las cualidades de cada una:
En cuanto al precio de mercado para ambos tipos de fibra, hoy en día en igualdad de condiciones, es muy similar.
Por todo ello, recomendamos optar siempre que sea posible por redes monomodo, y no sólo en infraestructuras que recorran grandes distancias. El motivo es que, si bien la diferencia económica hoy en día no es grande, estas redes son más versátiles y fácilmente escalables a posterior, sin requerir un desembolso económico extra para reemplazar el equipamiento. De esta forma, la infraestructura no queda limitada para futuras ampliaciones, algo cada vez más usual en aplicaciones que utilizan redes ópticas para la transmisión de datos en alta velocidad.
Es totalmente desaconsejable combinar ambas tipologías de fibra, ya que se produciría una pérdida de señal muy elevada.
La fibra monomodo (SM) tiene un núcleo de menor diámetro (8-10 µm), sobre el que se propaga un único modo de luz con trayectoria paralela al eje de la fibra, esto permite que la señal alcance distancias más largas. En cambio, la fibra multimodo (MM) tiene un núcleo de diámetro mayor (50-62,5 µm), sobre el que se propagan varios modos de luz, reflejándose en las paredes del revestimiento. Además, dentro de las fibras multimodo se diferencian tipologías en función de los índices de refracción y reflexión de sus componentes.
La instalación de fibras monomodo a continuación de fibras multimodo, debido a la diferencia entre el diámetro del núcleo de ambas, generaría unas pérdidas que degradarían gravemente el rendimiento de la red. Sucedería lo mismo al combinar fibras multimodo de diferentes diámetros. Recomendamos, siempre, utilizar fibras con un núcleo de igual diámetro para una misma red de fibra óptica.
Más información aquí.
Lo primero es detectar el tipo de daño sufrido y el nivel de repercusión en la instalación. Por ejemplo, en el caso de que sólo la cubierta esté dañada, puede no provocar un fallo de transmisión inmediato, pero aumenta la probabilidad de que las fibras se deterioren en un futuro. El daño más grave es aquel que llega a afectar a las fibras o directamente las secciona. En estos casos, es necesario realizar una reparación por fusión para volver a unir las fibras garantizando unas pérdidas mínimas. Además, para manipular las fibras (cortar, limpiar, fusionar…), suele ser necesario desnudar por completo un buen tramo de la manguera, por lo que recomendamos instalar un registro que mantenga protegida la zona reparada del cable multifibra, dando también un toque profesional.
Desde otro punto de vista, estas reparaciones podrían hacerse empalmando mecánicamente las fibras. Sin embargo, estos empalmes no ofrecen garantía de atenuación mínima, por lo que, en una infraestructura ya desplegada, calculada y funcionando, es un riesgo que desaconsejamos tomar.
Actualmente nos encontramos con dos diámetros típicos de recubrimiento de la fibra: 250 y 900 µm y la elección suele depender de la aplicación y el uso que se le dé. Este parámetro hace referencia al diámetro exterior que recubre cada una de las fibras desnudas, y para cada caso la estructura y construcción del cable multifibra es diferente. Es importante remarcar que esta dimensión no influye en el diámetro del núcleo de la fibra, que es el mismo en ambos casos.
El caso de recubrimiento de 250 µm también se conoce como cable de tubo holgado, o loose-tube, y es muy usual en mangueras de alta densidad de fibras por ofrecer un diámetro sustancialmente menor (casi la mitad de ancho que otras construcciones). Esto, unido su alta resistencia mecánica, hace que este tipo de manguera resulte más manejable y adecuada para instalarse en el interior de canalizaciones y ductos.
Por otro lado, los cables con recubrimiento de fibra de 900 µm, conocidos como cables de ajuste estrecho, o tight-buffer, ofrecen fibras más anchas y manejables. Por ello, es una buena opción para mangueras de poca densidad, con las que tengamos que trabajar de forma independiente las conectorizaciones de cada una de las fibras.
El Kevlar® es una fibra sintética o aramida que se utiliza para proteger las fibras y absorber la tensión mecánica en los cables multifibra. Es un material muy ligero, y a la vez muy fuerte, con una resistencia altísima a la rotura. Unas tijeras convencionales muy afiladas podrían llegar a cortar el Kevlar® si separamos las fibras en pequeños grupos y hacemos varios cortes.
Por ello, recomendamos utilizar unas tijeras especializadas para cortar Kevlar®, que nos asegurarán un corte limpio en el menor tiempo posible. El filo microdentrado de esta herramienta, además de estar especialmente preparado para seccionar limpiamente el Kevlar®, se mantiene afilado incluso después de muchos cortes. Por otro lado, estas tijeras especiales suelen ser ergonómicas y antideslizantes, resultando muy manejables y cómodas para el profesional.
El CPR (Reglamento de Productos de Construcción) define 7 niveles de Euroclase, un tipo de clasificación europea que regula los estándares en caso de incendio, determinando la reacción de los cables frente al fuego. Los 7 niveles, dispuestos de menor a mayor reacción al fuego, son los siguientes: No combustible (Aca), bajo riesgo de incendio (B1ca, B2ca, Cca y Dca), y propagación de la llama (Eca) y (Fca). Además, existen 3 subclasificaciones adicionales: Nivel de acidez (s), desprendimiento de gotas (d) y opacidad del humo (a).
Recomendamos utilizar, para interior, fibras con un nivel de CPR Dca o superior, ya que garantizan un bajo riesgo de incendio. Igualmente, el reglamento ICT requiere, para todo el cableado interior de telecomunicaciones, un nivel Dca-s2,d2,a2, como mínimo. En ciertos casos, una reglamentación específica puede exigir niveles más estrictos, lo que se traduce en que todo el conjunto de cables debe cumplir con los requisitos que establezca esa legislación más estricta. En edificaciones con gran afluencia de personas, como hospitales, aeropuertos, oficinas, etc., se requieren niveles más exigentes de CPR, con el fin de garantizar la seguridad de las personas en caso de incendio.
La seguridad es primordial y proteger a la gente no es una opción, sino una responsabilidad. En Televés cumplimos con los requerimientos de la CPR y tenemos disponibles cables de todas las categorías.
Más información aquí.
Un cable pigtail es un cable de fibra óptica que sólo tiene conector en uno de los extremos. Esto facilita el cableado y la fusión con otro tramo de fibra, ya que la fibra del pigtail suele estar desnuda (900 µm). Por el contrario, cuando hablamos de latiguillos o parch-cords, son cables terminados, con conectores en ambos extremos y, por tanto, la fibra del cable incluye una cubierta protectora (3 mm).
Aunque los latiguillos también se pueden utilizar para fusionar, esto implicaría tirar una parte de un cable que normalmente tiene un precio mayor que un pigtail, y realizar la tarea extra de desnudar y eliminar los residuos de la superficie de la fibra. Es por esto que los pigtails resultan una opción más rentable para fusionar.
Finalmente, en el mercado también se pueden encontrar latiguillos convertibles a pigtail, que son aquellos formados por fibra (900 µm, como el pigtail), pero con conectores en ambos extremos (como los patch-cords). Estos cables son muy versátiles, ya que incluyen ventajas de ambos tipos de cable, por lo que suelen ser un básico de la maleta del instalador.
Más información aquí.
Cuando se trabaja con fibra, los dos tipos de herramienta de pelado que se necesitan conocer son: la peladora de cables multifibra, y la peladora de precisión para fibra. Ambas son igualmente necesarias, y tienen funciones distintas:
Finalmente, es importante concluir que estas dos herramientas se complementan al tener funciones diferentes, y por tanto ambas son necesarias cuando se trabaja con fibra.
Más información aquí.
Los estándares TIA 568 A y B definen cómo se deben distribuir los pares de los cables de datos en los pines del conector RJ45. Ambos estándares son igualmente válidos. Sin embargo, el estándar TIA-568A es más adecuado para redes con velocidades superiores a 100Mbps y aporta mayor inmunidad, aunque de forma sutil. Además, en Estados Unidos no se utiliza el estándar TIA-568B. En consecuencia, a día de hoy, la norma más utilizada es la A.
A la hora de realizar la conectorización, existen dos formas de configurar los cables, dependiendo de si aplicamos la misma distribución en ambos extremos (conexión directa) o si conectorizamos un extremo según la norma A y el otro según la norma B (conexión cruzada). Actualmente, podemos realizar las conectorizaciones siguiendo una misma norma en todos los casos, ya que todas las tarjetas de red soportan auto MDI/MDIX, un procedimiento que detecta y se ajusta automáticamente al tipo de estándar que se ha conectado.
Recomendamos, siempre, seguir la distribución de pares de la norma TIA 658 A o B. Los cables terminados en configuraciones fuera de la norma, no garantizan el desempeño adecuado de la conexión.
Se indican a continuación, el código de colores utilizado para cada norma.
Más información aquí.
El modo más fiable para conectorizar un cable Ethernet con un conector RJ45 macho, es utilizando una herramienta de crimpado, que asegura la correcta fijación y crimpado de los pines sobre los pares.
Los pasos a seguir, para conectorizar un conector macho con una crimpadora, son:
Gracias a la crimpadora, se realiza la inserción completa de los pares en sus pines correspondientes. De este modo, la inserción de la pieza resulta sencilla, rápida y precisa.
Consulta los pasos a seguir para conectorizar un cable U/UTP con un conector RJ45, en el siguiente vídeo tutorial.
La conectorización de un cable con blindaje es ligeramente más difícil que la de uno sin blindaje, ya que requiere realizar la conexión a tierra de la lámina al ser metálica. Para ello, debemos utilizar un conector metálico y tener especial cuidado con mantener las capas de blindaje en contacto con el chasis del conector.
Existen dos formas de disponer las capas de blindaje para asegurar la conexión a tierra:
Una correcta conexión a tierra evita las interferencias eléctricas de los pares, así como aquellas que puedan llegar desde el exterior. Aprende paso a paso cómo conectorizar un cable blindado S/FTP con un conector RJ45 macho, en nuestro vídeo tutorial.
La palomilla es una pequeña hélice que se encuentra incorporada sobre el propio conector. Esta pieza facilita enormemente la inserción de los pares sin herramientas, ya que el crimpado se realiza de forma automática al girar la palomilla con los dedos. Lo único que tenemos que hacer es destrenzar los pares y ubicarlos en la posición adecuada, siguiendo la norma TIA 568 A o B. Al girar la palomilla en sentido horario se efectúa un crimpado de gran sujeción y sólo hay que cortar el cable sobrante.
El montaje por giro de palomilla destaca por su gran facilidad de montaje y por ofrecer un anclaje fiable y un acabado perfecto, sin necesidad de un herramienta específica.
Consulta el proceso paso a paso en nuestro vídeo tutorial.
El montaje tipo grip se basa en la sujeción del cable a través del cierre de las dos partes móviles que componen el conector. Las dos piezas móviles funcionan como una mandíbula, mordiendo el cable al cerrarse y aportando al conector la fijación necesaria.
En este tipo de conectores el crimpado se realiza por presión, al cerrar ambas piezas sobre el cable con la mano. Por tanto, no es necesaria una herramienta específica para el anclaje de los pares a los pines.
La conectorización se realiza de manera sencilla:
El resultado es una conectorización limpia y con una gran calidad que proporciona fiabilidad a la conexión.
Consulta el proceso paso a paso nuestro vídeo sobre cómo conectorizar un conector RJ45 Hembra de tipo grip sobre un cable de datos con blindaje.
Un modo habitual de conectorizar un cable Ethernet con un conector hembra RJ45, es el manual. Sin embargo, existe una alternativa mucho más rápida y sencilla, gracias a la herramienta de terminación y corte.
Los pasos a seguir, para conectorizar un conector hembra de manera manual, son:
Utilizando la herramienta de terminación y corte , no es necesario tirar con fuerza hacia abajo de los pares, para insertarlos en sus pines correspondientes. Además, se encaja el conector en la posición correcta, y al cerrar la herramienta se realiza el crimpado de los pines sobre los cables y el corte de las partes sobrantes. De este modo, la inserción de la pieza resulta mucho más sencilla, rápida y precisa.
A continuación, se ilustra, en un vídeo, la diferencia de tiempos entre ambas opciones y la facilidad de uso de la herramienta de terminación y corte.
Descubre cómo ahorrar 20 segundos por conector, en nuestro vídeo tutorial.
Actualmente existe una gran variedad de cables de datos, para adecuarse a cada situación. A simple vista, pueden parecer todos iguales, excepto por el color. Y precisamente el color es el factor menos relevante a la hora de escoger el cable.
A continuación presentamos los puntos más importantes en la selección de un cable:
Por último, recordamos que los cables deben ser de cobre porque tienen una gran capacidad de conductividad, índice 100% IACS, y una elevada resistencia frente a la tracción. Además, están regulados internacionalmente por normas ISO/IEC11801, EN50173, ANSI/TIA568, EN50288, y por el reglamento ICT en España.
En esta línea, el diámetro interno del conductor es un factor importante en la calidad del cable. El diámetro se suele clasificar conforme al estándar americano AWG (American Wire Gauge): cuanto más alto es el número que acompaña al AWG, más delgado es el alambre. En consecuencia, a menor AWG, mayor diámetro tendrá el conductor y mejor será el cable por ser menos susceptible a interferencias y soportar una corriente mayor.
En función de las necesidades de velocidad y ancho de banda de nuestra red, podremos escoger el tipo de cable que mejor se adapte. Los cables de datos se clasifican en categorías, según su velocidad de transmisión, y bajo los estándares internacionales TIA/EIA-568 e ISO/IEC 11801 (Cat.7). La categoría de un cable debe especificarse en su cubierta para una correcta identificación.
Las categorías más presentes en el mercado actual, son las siguientes, ordenadas de mayor a menor capacidad:
Categoría | Velocidad máxima | Ancho de Banda |
---|---|---|
Cat7 | 10 Gbps | 600 MHz |
Cat6A | 10 Gbps | 500 MHz |
Cat6 | 1 Gbps | 250 MHz |
Cat5e | 1 Gbps | 100 MHz |
Cat5 | 100 Mbps | 100 MHz |
Hay que tener en cuenta que una infraestructura de datos siempre va a quedar limitada por los elementos de menores prestaciones. Esto significa que una red de cableado de categoría 6A no podrá operar a plena velocidad si intercalamos en ella elementos de categoría inferior desperdiciando sus prestaciones. Además, la electrónica de red debe adecuarse a las características deseadas, como por ejemplo switches y routers. En consecuencia, si no elegimos el cableado y/o los equipos de forma coherente, se podría producir una congestión en los puntos limitantes de la red.
Sí, podemos utilizar conectores de categoría inferior al cable, pero teniendo en cuenta que una red siempre estará limitada por el elemento de menor categoría. Por tanto, si el conector es el elemento de menor categoría, será éste el que marque la capacidad y rendimiento de la red.
Sin embargo, esto no significa que utilizar categorías diferentes sea una terrible decisión. En ocasiones, en las infraestructuras de datos se opta por la instalación de cables de la más alta categoría, pensando en dejarla preparada para el futuro, ya que el reemplazo posterior del cableado implicaría una inversión muy importante. Así, llegado el momento, sólo sería necesario reemplazar los conectores por otros de categoría superior, siendo un proceso más sencillo y económico que cambiar el cableado. Por este motivo, podemos encontrarnos con instalaciones de cableado de mayor categoría que sus conectores, formando una infraestructura que se podría adaptar sin problema a la evolución de la red.
Dentro de todas las posibles variantes, la combinación de un cable Cat. 7 con un conector Cat. 6A es la asociación con menor repercusión en la red, pues ambas categorías soportan la misma velocidad de transmisión (10Gbps), y sólo afectaría a una leve reducción de ancho de banda (de 600 a 500 MHz).
No, no podemos utilizar cables de aluminio cobreado (CCA: Copper-Clad Aluminium) en infraestructuras de comunicaciones, ya que no cumplen con las normativas vigentes. El reglamento ICT en España exige que todos los conductores estén fabricados al 100% en cobre. Por ello, es ilegal utilizar cables de datos de un material que no sea cobre en su totalidad para instalaciones ICT.
La regulación del cableado es importante para asegurar la fiabilidad de las redes de comunicaciones, y también para garantizar la seguridad de las personas. Los cables de aluminio cobreados no están incluidos en las normas internacionales, de modo que no cumplen con ninguna categoría . Además, su conductividad es un 64% inferior a la del cobre, por lo que ofrecen un rendimiento muy limitado.
En cuanto a la seguridad, la elevada resistencia eléctrica del aluminio cobreado implica un mayor impacto térmico. Esto quiere decir que, si utilizamos estos cables en aplicaciones PoE, la temperatura se elevará rápidamente pudiendo provocar daños en los propios cables y en sus adyacentes, así como en elementos cercanos.
Finalmente, los cables de aluminio cobreado son más económicos que los de cobre. Por esta razón, en algunos casos, se intentan utilizar de manera fraudulenta, pues el baño de cobre sobre el aluminio hace que a simple vista parezca cobre. Si tenemos dudas sobre si estamos utilizando cables de cobre y no tenemos acceso a la documentación del cable, un truco muy efectivo es simplemente rascar la superficie del metal, de forma que, si pierde el color cobreado, podemos afirmar con seguridad que estamos ante un revestimiento de cobre.
Desde Televés te lo ponemos fácil, ya que todos nuestros cables están debidamente identificados y documentados, ofreciendo una especificación clara de sus características.
Más información aquí.
Según los estándares de la industria, la longitud máxima de un canal de datos no debe ser superior a 100m. En este máximo se incluye el cableado estructural, que no debe superar los 90m de longitud, y el cableado de conexión de extremos (latiguillos), que no deberían superar los 5m en cada extremo. Este criterio de distancia está respaldado por la norma TIA/EAI-568, en la que todas las medidas sobre parámetros de cables de datos están asociadas a longitudes de un máximo de 100m.
Además, recordamos verificar el canal para garantizar el rendimiento completo de la red. En primer lugar, certificar la instalación del cableado inamovible mediante enlace permanente (PL). Después, una vez se hayan incluido los latiguillos finales, realizar una certificación de canal (CH).
El cumplimiento de la longitud máxima permite la garantía de las características de la red de datos. Si utilizamos una longitud de cable mayor a 100m el sistema podría funcionar, pero se vería perjudicado su rendimiento y capacidad.
En los cables de datos las características técnicas deben ir impresas en su cubierta exterior, para su correcta identificación. Dentro de sus especificaciones, es posible encontrar la abreviatura “CCA” y/o “Cca”. Es importante saber diferenciar ambos conceptos, ya que tienen un significado totalmente distinto:
Los cables de datos se clasifican en función del tipo de blindaje global o individual, bajo el estándar ISO/IEC 11801. La clasificación es la siguiente:
U/UTP | F/UTP | U/FTP | S/FTP/FTP |
---|---|---|---|
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
La letra situada antes de la barra indica el tipo de blindaje del cable al completo, y las letras que se sitúan después de la barra indican el blindaje de cada uno de los pares individualmente (TP= Twisted Pair).
En entornos donde existen interferencias eléctricas, como una fábrica, se requiere el nivel de blindaje más elevado (S/FTP) para evitar la afectación de la señal. En cambio, en zonas libres de interferencias eléctricas, como una oficina, o instalaciones que canalizan el cableado eléctrico y el de datos por separado, las necesidades de blindaje pueden ser menores.
Es importante tener en cuenta que, cuando utilizamos cables con blindaje, debemos asegurar siempre una correcta conexión a tierra para evitar interferencias en la señal.
Más información aquí.
A la hora de realizar una instalación de red de datos, es importante asegurar la fiabilidad de la conexión. Para ello, recomendamos comprobar ciertos parámetros clave que garantizan una conexión de calidad. Los principales indicadores del rendimiento de la conexión son los siguientes:
Estos indicadores se miden en decibelios (dB) y hay que tener en cuenta que varían con la frecuencia, por lo que debemos tomar varias medidas en diferentes frecuencias. Asimismo, se deben comprobar ambos extremos del enlace.
Recomendamos utilizar un certificador de red para realizar las medidas, de este modo podemos verificar fácilmente la calidad de nuestra red de datos.
Más información aquí.
Para favorecer la obtención de buenos resultados en la certificación de redes, es recomendable seguir buenas prácticas en el manejo del cable y en la operativa de la instalación en general. A continuación, indicamos las más relevantes:
Cable con Crucifix
Recordamos que es fundamental ser muy riguroso a la hora de conectorizar los cables, ya que cualquier cambio de medio (conector, patch panel, etc.) puede provocar una variación en las impedancias, disminuyendo la RL.
El radio mínimo de curvatura es un límite que tienen todos los cables conductores, que indica el radio más pequeño al que podemos doblar el cable. Si se excede, las propiedades eléctricas del cable se pueden ver afectadas, y consecuentemente su rendimiento. En el caso del cable de datos, el radio de curvatura máximo depende del blindaje:
En resumen, cuanto más grueso sea el cable menos lo podremos curvar.
En caso de doblar, torcer o curvar un cable por debajo del umbral recomendado, lo más normal es que quede dañado de manera irreversible.
A la hora de elegir un rack, es fundamental tener en cuenta las dimensiones, para asegurarnos que nos va a servir para nuestra instalación.
Las medidas que debemos considerar son:
No, las +2U extra que se especifican en algunos racks, consisten en 1U en la parte superior y otra en la parte inferior. Esta zona no está diseñada para alojar dispositivos, pues la parte frontal no es accesible. En cambio, una opción muy recomendable para aprovechar mejor el espacio es utilizar esta zona para instalar regletas eléctricas y ventiladores que, de otra forma, nos ocuparían Us útiles adicionales.
La instalación de dispositivos en el rack puede resultar complicada si sólo tenemos acceso a la parte frontal, ya que requiere realizar multitud de conexiones entre cables y equipos. Por este motivo, disponer de acceso desde el lateral del rack o incluso desde la parte posterior, es una ventaja a la hora de manejar y configurar fácilmente las conexiones y los dispositivos.
Los bastidores murales, al ir anclados en pared, no necesitan puerta trasera. Sin embargo, generalmente, cuentan con laterales desmontables.
Los racks de suelo suelen tener dos puertas abisagradas adicionales, simplificando la instalación de los equipos y el posterior mantenimiento. Es conveniente que una de las puertas sea de cristal para visualizar el estado del interior sin necesidad de abrir el rack, preferiblemente la frontal.
Todos nuestros racks disponen de tapas laterales extraíbles mediante pulsadores, y, concretamente los de 600 y 800mm de profundidad, también incluyen puerta frontal y trasera con bisagras y cerraduras.
Más información aquí.
La fijación de un rack en pared puede resultar engorrosa debido a su volumen. Para facilitar esta tarea, algunos modelos murales incluyen una pletina en L para su montaje en pared. Como la pletina es independiente del rack, nos permite marcar los puntos de perforación sobre la pared, atornillar la pletina y, a continuación, colocar el rack sobre ella.
Además, es conveniente instalar dos tornillos de seguridad sobre el chasis para mejorar la fijación a la pared.
Finalmente, recomendamos montar el rack sobre la pletina antes de alojar los equipos en su interior.
Descubre nuestros racks de 450 mm de fondo con pletina de montaje en pared.
En el mercado podemos encontrar racks de pared (mural) o racks de pie (suelo). El modo de instalación está relacionado con el tamaño del bastidor. Los armarios de menor tamaño suelen tener la opción de montaje en pared, además de la instalación en suelo o sobre una mesa. Por otra parte, los armarios de mayor tamaño, como alojan muchos equipos y tienen que soportar más peso, se deben instalar en suelo.
Encuentra todas las opciones disponibles en nuestra gama de racks.
A la hora de escoger el tipo de instalación del rack, es clave valorar la carga total de los equipos que se van a alojar. Nuestros racks de pared están limitados a 60 kg de peso, mientras que los racks de suelo soportan hasta 1000 kg.
A parte de la carga, debemos revisar qué opción nos conviene en función de sus ventajas:
Por último, recordamos que el material de la pared debe soportar el peso del rack más los equipos. Igualmente, en el caso de los racks de pie, debemos tener cuidado con la carga que puede soportar el suelo.
No existe una opción mejor que la otra, ambas proporcionan ventajas. Escogeremos una u otra según nuestras circunstancias y teniendo en cuenta las características de cada una:
Sí, la organización en las instalaciones es fundamental, y más concretamente, cuando se trata de un rack que aloja el núcleo funcional de una infraestructura. Mantener el orden y el cableado bien estructurado y etiquetado facilita las tareas que se realizan tras la instalación inicial, como el mantenimiento preventivo, ampliación, actualización, revisión de equipos y/o conexiones o incluso en caso de reparación.
Disponer los cables guiados y correctamente etiquetados agiliza cualquier trabajo con los elementos del rack. Por otra parte, al mantener la organización se evita el enredo de los cables, minimizando curvaturas indeseadas y, consecuentemente, la pérdida de la señal. Además, se alarga la vida útil del cableado y de los conectores.
Para la sujeción de los cables, recomendamos utilizar cinta de velcro ya que, además de ser muy manejable y flexible, es más respetuosa con los cables que las bridas de plástico, puede abarcar mangueras anchas al cortarse a medida y se puede reutilizar tantas veces como se necesite.
Sí, por supuesto. Cualquier elemento metálico en una instalación con electricidad debe estar conectado a tierra.
La tierra es el mejor conductor para la electricidad, y la corriente siempre buscará el camino que ofrezca menor resistencia. Por esta razón, todas las instalaciones eléctricas deben contar con toma de tierra para evitar accidentes.
Normalmente, los racks de mayor capacidad (600 y 800 mm) cuentan con tornillos etiquetados con el símbolo de tierra donde se conectaría el cable de derivación (amarillo y verde).
En los casos que no encontremos un tornillo etiquetado con ese fin, el cable de tierra podría conectarse a cualquier punto de la estructura metálica, asegurando la disipación de un exceso de corriente.
Una instalación con toma de tierra elimina el riesgo de electrocución garantizando la seguridad de las personas.
Sí, siempre que se alojan dispositivos activos en un rack es necesario instalar sistemas de ventilación forzada. De esta forma, se favorece la disipación de calor de los componentes electrónicos y se mantiene un rango de temperaturas adecuado. Un rack sin ventilación actuaría como una caja cerrada, acumulando el calor generado por los equipos y elevando la temperatura de su interior.
Muchos racks incluyen en su estructura ventilación pasiva. Esto consiste en perforaciones en las tapas ciegas de la parte superior e inferior del bastidor. Gracias a estas aberturas, el aire circula a través de la estructura por convección natural, hacia el exterior.
De todos modos, cuando tenemos dispositivos activos funcionando, la ventilación pasiva podría no ser suficiente, y es sumamente recomendable añadir a la instalación uno o varios ventiladores.
Descubre nuestra gama de ventilación aquí.
El número de dispositivos no determina cuántos ventiladores debemos instalar. El factor clave es la temperatura generada por los equipos. Conocer este dato no es trivial, sin embargo, si complementamos la instalación de ventiladores con un termostato, podemos conseguir, de forma muy eficiente, la temperatura adecuada.
Lo manuales de los equipos nos indican el rango de temperatura óptima de funcionamiento, es fundamental garantizar que los equipos están siempre dentro de este rango. El termostato se programaría a una temperatura inferior a la máxima, para disponer de un margen de seguridad. Así, tenemos tiempo para que se activen los ventiladores y comience la refrigeración.
Cuanto más frío esté el ambiente, mejor. No obstante, lo ideal es encontrar el equilibrio entre una temperatura moderada y el ahorro energético. El termostato permite activar el sistema de ventilación sólo cuando es necesario, gracias a ello, reducimos el consumo, evitamos el ruido constante y alargamos la vida de los ventiladores.
Finalmente, podemos resumir de forma genérica: cuantos más dispositivos activos y mayor volumen de aire exista dentro del rack, más potencia de evacuación de aire vamos a necesitar y, en consecuencia, más ventiladores.
Sí, es posible, pero la bandeja de ventiladores debe encajar en nuestro rack y para escogerla debemos fijarnos en la profundidad. Las bandejas de ventilación se anclan en la parte frontal y trasera, pero no en los laterales. Por esa razón, debe coincidir la profundidad (Z) de la bandeja con la del rack. En cuanto al ancho, simplemente debemos asegurarnos de que sea menor al del rack.
Los ventiladores individuales se suministran con la tornillería necesaria para su anclaje. Nuestros racks de 450 mm de fondo incluyen una perforación en la parte superior para fijar el ventilador. Simplemente, hay que atornillar el ventilador en la placa superior y conectar los cables a la red eléctrica.
El ventilador se coloca dentro del rack, siempre en sentido de extracción del aire. Para facilitar la colocación en la posición correcta, los ventiladores suelen incluir una flecha en relieve que indica el flujo del aire.
Por otra parte, tanto la placa superior de los racks, como el propio ventilador incluyen una rejilla exterior para proteger los dedos. Por ello, debemos situar la rejilla del ventilador hacia el interior, protegiendo así los dedos de posibles accidentes al trabajar desde dentro del rack.
Sí, estos equipos se pueden alojar sobre bandejas, siempre que tengan unas medidas inferiores a las del rack. Estas bandejas permiten incluir dentro del rack cualquier elemento que no esté dotado de un anclaje estándar de 19”. Existen multitud de ejemplos: receptores, portátiles, amplificadores, teclados, monitores, etc.
Más información aquí.
Los paneles ciegos tienen una doble funcionalidad. En racks con ventilación pasiva, los paneles ciegos son una solución estética para mantener el orden visual en la instalación.
En racks con ventilación activa, además de la aplicación estética, los paneles ciegos favorecen la extracción del aire hacia el exterior y generan efecto túnel. De este modo, el aire frío circula fácilmente, desde la parte inferior del rack hacia la parte superior, refrigerando todo el espacio.
Más información aquí.
El caso es similar al de los paneles ciegos. En racks con ventilación activa, es fundamental mantener todos los huecos tapados para generar ese efecto túnel y faciliar el flujo de aire a lo largo de todo el rack.
En racks con ventilación pasiva, tapar los orificios de las pletinas es una buena elección simplemente para mejorar la estética de la instalación.
Las guías de cable se utilizan para facilitar el paso del cableado y mantener la organización y ramificación a lo largo del rack.
Todos los racks cuentan con unas pletinas pasacables en sentido horizontal, situadas en la parte superior e inferior de la estructura. Estas pletinas llevan los cables hacia la parte delantera del rack para realizar las conexiones. En caso de necesidad, se pueden añadir pletinas pasacables adicionales a cualquier altura del rack, conduciendo así los cables de un lado al otro de forma ordenada.
Adicionalmente, nuestros racks de 42U y 800x800 mm disponen de 10 cm extra de ancho a cada lado del chasis. En este espacio se incluyen unas guías de cable verticales para dirigir el cableado hasta la parte inferior y la salida del rack.
Como estos racks suelen alojar gran cantidad de dispositivos y conexiones, las guías de cable verticales suponen un aspecto claramente ventajoso.
Las puertas, delantera y trasera, son los únicos puntos en el rack que permiten la retirada de dispositivos, por ello es muy recomendable que estén protegidas con cerradura. De este modo, nos aseguramos que sólo puedan acceder al rack las personas autorizadas que dispongan de la llave.
Podríamos dudar acerca de la seguridad de las tapas laterales, ya que se extraen a través de pulsadores. Si bien no es posible sacar equipos desde las tapas laterales, se podría dañar la instalación intencionadamente cortando los cables. Contar con cerraduras, también en los laterales, es la mejor opción para garantizar la integridad de nuestra infraestructura.
Todos nuestros racks incluyen cerraduras en sus puertas para garantizar la seguridad de la instalación. Más información aquí.
El cumplimiento de estándares respalda la competencia del mercado ayudando a los usuarios en la elección de la compra, asegurando la veracidad de los datos y ofreciendo el cumplimiento en requisitos fundamentales de seguridad. Dado que un rack almacena equipamiento eléctrico, debe contar con las siguientes certificaciones de seguridad eléctrica, según la directiva de baja tensión LVD 2014/35/EU:
Por otra parte, como garantía esencial de calidad en la Comunidad Europea, todos los racks deben disponer del marcado CE.
El marcado CE de Conformidad Europea, declara que un fabricante cumple con las normas exigidas y reúne los requisitos mínimos calidad y seguridad para que el producto se pueda comercializar en la Comunidad Económica Europea, de acuerdo a la directiva europea 93/68/EEC.
Este marcado debe indicarse de forma visible, legible e indeleble sobre el producto, excepto cuando este es pequeño, que podría venir en el embalaje o en la documentación que lo acompaña.
Está prohibido colocar símbolos que puedan confundirse con el marcado CE, como el caso del marcado China Export, que únicamente identifica el origen de la fabricación. Es importante conocer y diferenciar estos dos conceptos que comparten las mismas siglas. En el marcado CE se mantiene una distancia entre la C y la E equivalente al radio de las letras. Por el contrario, en el símbolo China Export nos encontramos las mismas letras, situadas muy juntas.
A la hora de elegir adecuadamente un switch, debemos tener muy presentes los dispositivos que vamos a interconectar, así como el funcionamiento de la red y el tamaño de la misma. Para satisfacer correctamente las necesidades de nuestra red, es necesario analizar ciertas características como son:
No todos los switches presentan el mismo rendimiento. Los más comunes son los switches Fast Ethernet, los cuales presentan una velocidad máxima de 100Mbps, y los Gigabit Ethernet, que soportan velocidades de transmisión de hasta 1Gbps.
Para redes pequeñas de uso doméstico, o que no requieran de grandes prestaciones, escoger un switch Fast Ethernet representa una opción simple y económica.
Por el contrario, si estamos ante una red compleja de ámbito profesional o que requiera de mayores prestaciones, es recomendable elegir un switch Gigabit Ethernet, ya que aporta mayor flexibilidad y rendimiento ante operaciones complejas.
En función de la cantidad de dispositivos que se vayan a interconectar en nuestra red, necesitaremos un switch con mayor o menor número de puertos. En general, los más comunes son los switches que presentan 5, 8, 10, 24, 32 ó 48 puertos. En el momento de adquirir un switch, es preferible que cuente con un número de puertos mayor al necesario, ya que de esta forma resultará más fácil satisfacer futuras necesidades de la red (escalabilidad).
Ciertos switches cuentan con la capacidad de proporcionar alimentación a los dispositivos conectados mediante cable Ethernet gracias a la tecnología PoE. Esta característica permite simplificar el proceso de instalación y disminuir en gran medida los costes asociados, sobre todo en aquellos lugares en los que no existan tomas de corriente cercanas.
La capacidad de stacking o apilamiento físico permite agrupar switches físicamente a medida que la red crece para que funcionen como un solo switch virtual. Estos switches se conectan vía cable para ofrecer conectividad y capacidades de transmisión avanzadas en entornos empresariales.
Más información aquí.
Un switch no gestionable es un dispositivo de tipo plug-and-play, es decir, permite que diferentes equipos se puedan comunicar entre ellos y transferir datos automáticamente vía cable. Este funcionamiento tan sencillo no necesita ajustes previos en la configuración, lo que hace que los switches no gestionables sean ideales para redes compuestas por un pequeño número de dispositivos que no desempeñen operaciones complejas. Esta sencillez hace que sean dispositivos económicos.
Por el contrario, un switch gestionable destaca por una mayor “inteligencia” y prestaciones en comparación con un switch no gestionable. Este dispositivo es capaz de ofrecer una serie de funciones y opciones avanzadas para la configuración de la red a nivel de capa L2. Además, permite monitorizar el rendimiento y controlar lo que está sucediendo con todos los dispositivos conectados. Sus avanzadas funcionalidades les permiten operar en infraestructuras de gran complejidad como centros de datos o redes empresariales complejas, lo que repercute finalmente en un mayor precio.
A continuación se muestra una tabla que detalla las diferencias más significativas entre los dos tipos de switches:
Función | Switch No Gestionable | Switch Gestionable |
Plug & Play | Sí | No |
Aplicaciones | Redes pequeñas o agregar grupos de trabajo a una red de gran tamaño | Usos profesionales como centros de datos o redes corporativos. Permite personalizar la red a nivel de capa L2 y las funciones de cada puerto individualmente |
Características | Configuración fija, no admite interfaz de configuración | Configuración modificable según necesidades |
Gestión de VLANs | No | Sí |
Control | Configuración por defecto limitada | Control sobre el acceso, prioridad SNMP y control sobre el tráfico de red |
Funciones avanzadas | No | Detección IPv4, DHCP, QoS, VLANs, enrutamiento IP, redundancia, CLI, ARP |
Características económicas | No suponen un gran desembolso | Mayor precio a mayores prestaciones |
Más información aquí.
Un switch que presenta tecnología Power over Ethernet (PoE) no solo es capaz de transmitir información entre los dispositivos conectados, sino que también puede proporcionarles alimentación a través de sus puertos RJ-45. Esto permite simplificar los procesos de instalación, al no tener que ocuparse de las alimentaciones de los dispositivos, y reducir de manera significativa los costes asociados.
Por ejemplo, en instalaciones que incluyen diferentes equipos como pueden ser puntos de acceso WiFi (APs), teléfonos VoIP o cámaras de seguridad IP, donde muchas veces es difícil encontrar una toma de corriente a mano, los switches PoE pueden ser la solución.
En el caso de switches con estándar PoE, es posible proporcionar hasta 15,4W por puerto. Para switches avanzados del tipo PoE+, la potencia aumenta hasta los 30W.
En estos casos en los que el cable de red soporta corriente eléctrica, se recomienda que sea de tipo Cat6 o superior.
Más información aquí.
Un router es un equipo especializado en interconectar diferentes redes. Esto quiere decir que permite que múltiples dispositivos de distintas redes puedan comunicarse entre ellos. Un switch, sin embargo, es más simple y solo permiten la interconexión de dispositivos en una red local, sin comunicación con otras redes.
Otra característica que diferencia a estos dispositivos es la seguridad. Un router es el equipo capaz de analizar los datos que se envían a través de la red, protegiéndola de posibles ataques e intrusiones externas.
Para que un switch PoE funcione correctamente, y no se produzcan fallos en el sistema, es importante ubicarlo en un espacio ventilado y que no presente temperaturas excesivas. Una de las mejores opciones en estos casos es instalar el switch en un rack que presente sistemas de ventilación forzada, lo que ayuda a evitar sobrecargas en la red eléctrica o incluso incendios.
Por otro lado, y para que la transferencia de datos y energía sea la adecuada, es crucial utilizar cables y latiguillos de categoría 6 o superior que sean compatibles con la tecnología PoE.
Más información aquí.
Sí, es posible utilizar un switch Ethernet en una infraestructura de fibra óptica siempre que incluya puertos compatibles con SFP. Estos puertos hacen posible la conexión de dispositivos SFP, adaptadores que permiten extender la funcionalidad de conmutación a través de cables de fibra óptica monomodo y multimodo.
En general, los más comunes son los puertos de tipo SFP y SFP+.
Más información aquí.
Un switch de capa 2 o L2 se caracteriza por manejar direcciones físicas, sin tener en cuenta las direcciones IP ni ninguna característica de capas superiores. Este tipo de switches son bastante rápidos y se utilizan en aquellas redes que no requieran de enrutamiento específico.
Un switch de capa 3 o L3, por el contrario, opera en una capa superior y es capaz de llevar a cabo funciones de un switch de Capa 2 y algunas de un router. Puede ejecutar operaciones de enrutamiento, tanto estático como dinámico, y controlar la comunicación intra-VLAN, así como incrementar la seguridad en la red. Este avanzado dispositivo está dirigido a redes complejas tanto públicas como privadas, y también puede ser utilizado en aplicaciones comerciales y proyectos de gran complejidad.
A la hora de evitar intrusiones físicas indeseadas en un switch, es necesario instalar el dispositivo en un espacio seguro y poco accesible al público. Una buena opción para aumentar la seguridad es instalar racks cuyas puertas tengan cerradura.
Otras buenas prácticas que permiten evitar accesos indeseados son, por ejemplo, modificar a menudo las contraseñas de acceso a los dispositivos, o también la de asegurar cada uno de sus puertos mediante la gestión de MACs.
La velocidad de transmisión es determinante a la hora de establecer la compatibilidad de un adaptador SFP o SFP+ con los puertos del dispositivo al que se conecta.
Los adaptadores de tipo SFP soportan velocidades de transmisión que van desde los 100 Mbps hasta los 4 Gbps. En la mayoría de los casos, si conectamos un adaptador SFP a un puerto de tipo SFP+, el dispositivo funcionará, pero a una velocidad reducida de 1Gbps debido al límite del adaptador.
Por el contrario, un dispositivo SFP+ es una versión más potente y mejorada que un SFP, pudiendo soportar velocidades de hasta 10 Gbps, y nunca menores a 1Gbps. Si intentamos conectar un SFP+ a una ranura SFP de un dispositivo externo, el adaptador no funcionará. Esto es debido a que la velocidad configurada para este tipo de puertos es de 1Gbps cómo máximo, y los adaptadores SFP+ no admiten velocidades tan bajas.
Debido al extenso ancho de banda que se necesita a la hora de transmitir IPTV, es necesario utilizar switches con características específicas que permitan manejar correctamente los paquetes IPTV.
Para el “core” central de la red, es necesario utilizar switches de capa 3 (L3) o de capa 2+ (L2+) con capacidad de enrutamiento acorde con las direcciones IP. Estos switches “core” deben incluir la siguiente configuración:
En el caso de las redes de área local (LANs) que albergan el equipamiento final de la red, es conveniente utilizar switches layer 2 que se conecten a dicho equipamiento y que presenten la siguiente configuración:
Los entornos que ofrecen conexión a una gran cantidad de dispositivos requieren equipos capaces de generar una red WiFi segura y eficiente.
Una de las soluciones más acertadas en este tipo de escenarios es instalar diversos puntos de acceso WiFi (APs) gestionables, conectados previamente a un router encargado de la administración de redes, enrutamiento y firewall. Los APs son los dispositivos finales que permiten proyectar una señal WiFi que proporciona conexión a Internet en el área deseada a un gran número de dispositivos.
Para que este sistema formado por APs funcione de manera correcta, es recomendable instalar además una controladora que permita monitorizar su funcionamiento en todo momento. Además de proporcionar funcionalidades de configuración e información sobre el estado de cada equipo, la controladora de puntos de acceso permite identificar y solucionar cualquier tipo de fallo que impida el buen funcionamiento de la red. De esta forma, los usuarios podrán moverse libremente por el recinto sin interrupciones indeseadas.
Más información aquí.
Los APs y routers son dispositivos que proveen de conexión a Internet a otros dispositivos, pero de manera distinta. Dependiendo del tamaño del establecimiento, la cobertura requerida o el número de usuarios de la red inalámbrica, sus escenarios de uso varían.
Los puntos de acceso (APs) inalámbricos WiFi son dispositivos finales de una infraestructura de red que presentan un elevado rendimiento en entornos concurridos y en áreas de gran tamaño, abarcando grandes zonas de cobertura.
Por el contrario, los routers inalámbricos establecen redes de área local, como por ejemplo en el hogar o en la pequeña empresa, y no soportan la conexión un gran número de usuarios.
En relación a la seguridad, los routers son dispositivos que poseen funciones de administración de redes, enrutamiento y firewall, lo que significa que se encuentran en primera línea a la hora de proteger una red de ataques maliciosos. Los APs, en cambio, no poseen este tipo de funcionalidades, por lo que necesitan estar conectados a un router para su correcto funcionamiento.
Las redes WiFi compuestas por múltiples puntos de acceso (APs) gestionables pueden llegar a soportar multitud de conexiones simultáneas. Si queremos proporcionar un servicio WiFi eficiente, seguro y responsable en entornos concurridos, las controladoras de puntos de acceso WiFi suponen un elemento imprescindible en este tipo de escenarios.
Estas controladoras permiten configurar los parámetros como pueden ser el número de usuarios y el ancho de banda, así como monitorizar el modo de funcionamiento de los puntos de acceso inalámbricos para identificar y solucionar posibles incidencias en la red WiFi. De esta forma, los usuarios podrán desplazarse por el recinto libremente sin interrupciones en la red WiFi.
Más información aquí.
Televés es una compañía perteneciente a Televés Corporación. La Corporación Televés agrupa a más de 20 compañías, todas las cuales trabajan persiguiendo el objetivo común de diseñar y fabricar los mejores equipos destinados a dotar a los hogares, edificios y ciudades de unas óptimas infraestructuras de telecomunicaciones.
© 2022 TELEVES S.A.U. Todos los derechos reservados.